Para aspirar a una mejor ciudad, es imprescindible trabajar los procesos educativos. Una juventud informada, con mejor conocimiento de su entorno urbano, será más respetuosa y estará mejor capacitada para convertirse en pocos años en una comunidad activa.
Temas como la gestión de recursos (agua, energía, residuos), la movilidad y el espacio público deben ser incorporados dentro del imaginario colectivo de los más jóvenes.